La coincidencia en el tiempo de la siega del cereal y la presencia de pollos de Aguilucho cenizo aún en los nidos, provoca en algunos casos la muerte de éstos.
Algunos postes y cables de electricidad suponen un peligro para determinadas especies de aves, especialmente rapaces, cigüeñas y córvidos. Muchas de estas aves mueren electrocutadas o al chocar contra algunas de estas estructuras.
La quema de rastrojos está en el origen de muchos incendios forestales, además de contaminar y amenazar directamente a muchas especies vegetales y animales.
El Campo de Tejada ha sido muy transformado por el hombre desde hace muchos años. Paralelamente a la relación que el ser humano mantiene con esta tierra, surgen diversas amenazas que ponen en peligro la integridad de la flora y fauna del lugar. Algunos ejemplos de estos peligros son los incendios, la persecución de depredadores que se alimentan de presas potenciales de caza, la instalación de determinadas estructuras que provocan accidentes entre ciertas aves, etc.
En el Campo de Tejada viven diferentes especies de mamíferos. Entre los hervíboros abundan el conejo y la liebre, especialmente esta última que es fácil de ver al anochecer en alguno de los caminos de la zona. Entre los carnívoros abunda el Meloncillo y también están presentes la Comadreja y el Zorro. Recientemente se han descubierto también rastros de Nutria en algún arroyo de este área por lo que parece que esta simpatica especie ha vuelto a colonizar la zona. En la fotografía muestro una madriguera que ha sido habitada en diferentes épocas por Conejo, Meloncillo y Zorro.
Entre los reptiles que habitan por la zona, personalmente he podido observar: Lagarto ocelado, Lagartija colilarga y Culebra de herradura.
En cuanto a los anfibios, no hay demasiadas especies debido a la escasez de agua en determinadas épocas del año. Quizás destacar la presencia de la Rana común y del Sapo corredor.
Los restos de construcciones humanas también suponen un importante elemento para la cría y supervivencia de distintas especies de aves como la Carraca, Cernícalo primilla, Mochuelo común, Golondrina común, etc.
El trigal no solo supone un refugio para perdices, codornices y otras especies de animales, sino que es el lugar de cría de una de las colonias más importantes de Aguilucho cenizo en Andalucía Occidental.
Entre las rapaces destaca el Águilucho cenizo con una importante colonia de ejemplares, pero no es ni mucho menos la única. También son abundantes el Cernícalo vulgar, Cernícalo primilla, y Mochuelo común. Con más suerte podremos también descubrir otras especies rapaces como: Águila culebrera, Águila calzada, Esmerejón, Milano negro, Milano real, Buho chico, Buho real e incluso Aguilucho lagunero.
El grupo de vertebrados más importante en el Campo de Tejada es el de las aves. Si paseamos por las diferentes veredas y cañadas que atraviesan estas tierras podremos fácilmente contemplar (según la época del año) especies como Golondrina común, Lavandera boyera, Abejaruco, Tarabilla común, Gorrión común, Jilguero, Triguero, Alcaudón común, Abubilla, Tórtola turca, Cogujada común o Buitrón. Algo más complicadas de ver, pero también presentes en la zona son: Lavandera blanca, Gorrión moruno, Gorrión molinero, Cuervo, Urraca, Verderón, Alcaudón real, Carraca, Paloma doméstica, Tórtola común, Pardillo común, Alcaraván, Avefría, Cigüeña común, Garceta común, Garcilla bueyera, Bisbita común, Mosquitero común, Codorniz, Chorlito dorado común, Anade real, Curruca carrasqueña, Chotacabras pardo, Martín pescador, Sisón, Calandria, Alondra común, Terrera común, Avión común, Vencejo común, Cogujada montesina, Collalba rubia, etc.
La vegetación en cuanto a árboles y arbustos es escasa en el Campo de Tejada, limitándose básicamente a las presentes junto al cauce de arroyos (higueras, eucaliptos, etc.) y alrededor de algunas construcciones como cortijos y aldeas.
El Campo de Tejada está regado por algunos arroyos de cauce irregular como son el Alcarayón, Tejada, Barbacena... Durante el verano suelen estar secos pero en época de lluvias pueden desbordarse y provocar alguna desgracia.
El contraste de colores que producen ambos cultivos en determinadas épocas del año, así como las bellas puestas de sol que se pueden contemplar, otorgan al lugar un encanto especial.